Es curioso como en muy pocos años Internet ha pasado de ser un lugar al que nos conectábamos de manera puntual para realizar cada vez más cosas a ser parte de nuestro día a día.
Hace no muchos años, la conexión a Internet era algo limitado en el tiempo que se realizaba en un momento concreto del día (o de la semana) y que no ocupaba más que una mínima parte del creciente tiempo de utilización de nuestros 486 y primeros pentium. También era muy popular una frase que todavía se escucha con cierta frecuencia (cada vez menos, gracias a dios) "yo es que no tengo internet en casa y sólo me conecto desde el trabajo".
Estábamos a finales de los 90 y las cosas empezaron a cambiar, llegaron las ADSL, mejoraron las ADSL, bajaron los precios de las ADSL y empezó a llegar la conexión de datos a los móviles y la wifi.
Luego los portátiles saltaron de la empresa al hogar y empezaron a bajar de precio hasta que los netbook los partieron por la mitad (en tamaño y en coste). Los netbook, parece que siempre han estado ahí, pero pocos hay con más de un año de antigüedad.
¿Y este vertiginoso cambio para llegar a qué? Para llegar a una conexión 24x7 en cualquier lugar a cualquier hora y con cualquier dispositivo. Añadiría todavía otra razón: una conexión para cualquier cosa.
Nos conectamos para informarnos, hablar, opinar, ver, oír, jugar, compartir... está claro que unos más que otros, no me preocupa, todos y cada uno iremos madurando y aprendiendo a maximizar el retorno de nuestra conexión a internet.
Y llegó el Ipad. Pero de eso mejor hablamos otro día, que hoy estamos un poco saturados.
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