Este verano, de la mano de @fboza y @joseantoniogall, he decidido reconvertirme en un gurú visionario focalizado en Internet y todo lo que la rodea. Este hecho no es en si mismo reseñable, todos y cada uno de nosotros tenemos un gurú peleando por salir fuera.
Lo de ser gurú es lo más parecido a ser Seleccionador Nacional o entrenador del Madrid, cualquier españolito de a pie lleva uno dentro. Todos nos sentimos capacitados para criticar a un gurú e incluso realizar afirmaciones que a nuestro parecer dejan al susodicho visionario a la altura del betún.
Vamos a lo que vamos. A raíz de una entrada en el blog Digital y cia que administra Raúl (@rahego), surgieron comentarios y valoraciones que pusieron de manifiesto que uno de los principales problemas que tiene la introducción de todo lo 2.0 en las grandes empresas es la inexistencia de rankings independientes que aporten luz sobre la situación de la empresa en ese entorno.
En mi día a día en Banca, manejamos informes como el de AQMetrix. ¿Qué nos costaría montar y estandarizar una serie de indicadores para medir el grado de uso de los “Social media” de una empresa? ¿Realmente hay mercado para este tipo de análisis?
Estaría enfocado a que los ejecutivos de turno tuviesen un indicador fiable con el que vender sus progresos en Social Media y no dejar a la libre interpretación y valoración la situación de cada empresa. Como otros indicadores admitidos de manera general, estos datos permitirían la comparación entre entidades y sistematizarían la extracción de información.
Ejemplo de indicadores simples (que deberían a su vez ser agregados en otros) se me ocurren un montón. Actualmente en Twitter ya existen herramientas que miden cuanto intervienes, tus seguidores, a los que sigues, cuanto conversas en porcentaje y de manera absoluta, etc. Podría medirse la presencia en diferentes redes o el grado de actualización de la información (por ejemplo en un blog) y los comentarios generados. Tratándose de blogs podría mirarse lo que se menciona tu marca o, en el caso de un blog propio, el tamaño de tus entradas o el número de enlaces internos (al propio blog) y externos (a otras webs) que contienen. En facebook también hay fans y grupos en los que fijarse...
Tras este "momento gurú", comparto mi idea con quien quiera utilizarla, teniendo en cuenta que, por cierto, desconozco si existen otros trabajando ya en esta dirección.
Hace unos meses, Antonio Domingo convocó unilateralmente a través de twitter (@antoniodomingo) una reunión informal de usuarios de dicho servicio. En este caso la excusa era una comida y la falta de iniciativas de este tipo en Madrid y la denominó "Eats & Twitts"
Este tipo de reuniones "no formales" es habitual entre usuarios de servicios de redes sociales e iniciativas de la denominada Web 2.0 y trascienden las fronteras de nuestro país. En España han alcanzado popularidad las "quedadas" de amigos en Facebook, las múltiples iniciativas "Beers & Blogs" orientadas a blogueros que salpican nuestra geografía o los "Cava and Twitts" que en Barcelona reunen a un nutrido grupo de emprendedores, innovadores o simples usuarios de Twitter. Incluso se tienen datos fehacientes de una Cumbre Mundial de Consultoría Artesana.
Uno de los objetivos de estas reuniones es la denominada "desvirtualización" de relaciones. Las redes sociales y los blogs han traído a la sociedad un nuevo esquema de relación entre personas que pese a no conocerse físicamente estrechan día a día sus relaciones merced a las nuevas herramientas. Llegado un punto, la necesidad de poder hablar cara a cara con esos nuevos conocidos con los que coincides en intereses, opiniones y, en muchas ocasiones, circustancias vitales se hace muy fuerte.
Para dar respuesta a esa necesidad nos podemos apoyar en eventos formales como reuniones profesionales, pero no es suficiente, por lo que surgen estas iniciativas autónomas y descentralizadas en virtud de la necesidad y la disponibilidad puntual y geográfica de las personas interesadas. Algunas de esas iniciativas incluso se han institucionalizado posteriormente ante la demanda existente y el apoyo de instituciones y empresas, el ejemplo más destacado de movimientos en esta dirección es el Evento Blog España (EBE) .
Volviendo al tema de la entrada, el Eats & Twitts, hace sólo dos días que Antonio Domingo convocó la tercera comida-excusa de este tipo para el próximo 15 de septiembre. El éxito de la convocatoria está siendo fulminante, en 24 horas ya superaba los 100 "inscritos" incluso de fuera de Madrid.
Este hecho es singular para una convocatoria en la que no se regala nada, cada uno paga su comida y desplazamiento y no hay ninguna razón más allá de ver a otras personas en la misma situación que tú. El requisito es tener tu cuenta de twitter en marcha y ganas de compartir. El único márketing es el anuncio por parte de Antonio en su Twitter y una entrada en el blog que dió soporte a las anteriores convocatorias de Eats and Twitts. No hay concierto, ni conferencias, ni nada adicional, simplemente el placer de comer con amigos.
Antonio, apuntate una muesca en tu revólver porque nos encontramos ante uno de esos momentos clave que en el futuro uno recuerda con un simple "Yo estuve allí" y que crea un sentimiento de camaradería entre todos los que vivieron la experiencia. No se que vendrá después, pero tengo la certeza de que la espontaneidad y el "engagement" que percibo entre los asistentes hará que los que tengan el placer de compartir esa comida del dia 15 de septiembre vivan algo grande, MUY GRANDE.
¿Vas a asistir?
Este tipo de reuniones "no formales" es habitual entre usuarios de servicios de redes sociales e iniciativas de la denominada Web 2.0 y trascienden las fronteras de nuestro país. En España han alcanzado popularidad las "quedadas" de amigos en Facebook, las múltiples iniciativas "Beers & Blogs" orientadas a blogueros que salpican nuestra geografía o los "Cava and Twitts" que en Barcelona reunen a un nutrido grupo de emprendedores, innovadores o simples usuarios de Twitter. Incluso se tienen datos fehacientes de una Cumbre Mundial de Consultoría Artesana.
Uno de los objetivos de estas reuniones es la denominada "desvirtualización" de relaciones. Las redes sociales y los blogs han traído a la sociedad un nuevo esquema de relación entre personas que pese a no conocerse físicamente estrechan día a día sus relaciones merced a las nuevas herramientas. Llegado un punto, la necesidad de poder hablar cara a cara con esos nuevos conocidos con los que coincides en intereses, opiniones y, en muchas ocasiones, circustancias vitales se hace muy fuerte.
Para dar respuesta a esa necesidad nos podemos apoyar en eventos formales como reuniones profesionales, pero no es suficiente, por lo que surgen estas iniciativas autónomas y descentralizadas en virtud de la necesidad y la disponibilidad puntual y geográfica de las personas interesadas. Algunas de esas iniciativas incluso se han institucionalizado posteriormente ante la demanda existente y el apoyo de instituciones y empresas, el ejemplo más destacado de movimientos en esta dirección es el Evento Blog España (EBE) .
Volviendo al tema de la entrada, el Eats & Twitts, hace sólo dos días que Antonio Domingo convocó la tercera comida-excusa de este tipo para el próximo 15 de septiembre. El éxito de la convocatoria está siendo fulminante, en 24 horas ya superaba los 100 "inscritos" incluso de fuera de Madrid.
Este hecho es singular para una convocatoria en la que no se regala nada, cada uno paga su comida y desplazamiento y no hay ninguna razón más allá de ver a otras personas en la misma situación que tú. El requisito es tener tu cuenta de twitter en marcha y ganas de compartir. El único márketing es el anuncio por parte de Antonio en su Twitter y una entrada en el blog que dió soporte a las anteriores convocatorias de Eats and Twitts. No hay concierto, ni conferencias, ni nada adicional, simplemente el placer de comer con amigos.
Antonio, apuntate una muesca en tu revólver porque nos encontramos ante uno de esos momentos clave que en el futuro uno recuerda con un simple "Yo estuve allí" y que crea un sentimiento de camaradería entre todos los que vivieron la experiencia. No se que vendrá después, pero tengo la certeza de que la espontaneidad y el "engagement" que percibo entre los asistentes hará que los que tengan el placer de compartir esa comida del dia 15 de septiembre vivan algo grande, MUY GRANDE.
¿Vas a asistir?
Soy un procrastinador nato, con 20 años y ahora, la diferencia es que ahora uno tiene más fácil lo de perderse por los cerros de Úbeda (yo ya lo intenté hace un tiempo).
El caso es que en mayo anduve molestando a mucha gente para conocer su opinión acerca de los viajes en el tiempo, mejor dicho acerca de que hubiera sido de sus vidas con 20 años si hubiesen tenido las herramientas de ahora. La acogida de la cuestión fue buena, pero yo no he cumplido hasta hoy que os presento, y a mi manera interpreto, los resultados del sondeo.
Lo más curioso es que la imaginación y el inconformismo nos juegan malas pasadas y la gran mayoría se sitúa en escenarios radicalmente diferentes. Unos hubieran cambiado radicalmente su carrera profesional, otros sus viajes y más de uno se veía como una máquina sexual merced a las nuevas herramientas. Yo no estoy de acuerdo y cuando experimento día a día la Red y los móviles (las herramientas más comentadas) siento que no nos cambian tanto, si acaso potencian nuestras características.
Evidentemente Internet y el móvil no dejan de ser una herramienta. Nuevas armas que se asocian a los cambios en la comunicación, especialmente en la personalización de la misma, como aportaba Alfonso o apoyaba Juan Luis, que al igual que Sergi hubiera exprimido su saldo a diario.
También se destaca la ubicuidad que aporta la tecnología actual: una persona y varios dispositivos frente a la escasez a la que tuvieron que hacer frente los lectores bien entrados en la treintena y mayores. Si a eso le unes la capacidad de beber de diferentes fuentes y de compartir información y contenidos como mencionaba de nuevo Sergi. Mi amiga Clara también comentó en Facebook acerca de la "incomunicación" en su noviazgo, seguro que muchas parejas de entonces ven con envidia las facilidades de comunicación actuales.
El acceso a mayor información y el networking hacen a Okonau (no revelaré tu identidad), Jose Miguel, Senior Manager o a Alfonso dudar de todo: de sus carreras, de sus trabajos incluso, en el caso de Okonau, de sus relaciones sentimentales. Si bien para esto último, el mejor exponente fue un tenso y vehemente Anónimo que dejó sus comentarios claros y directos sobre otra entrada en la que señalaba mi parecer sobre el tema a discusión.
Curiosamente, los más jóvenes comentaristas, Antonio y kalel23 son los que menos cambio notan, pillaron los albores de la Internet tal y como la conocemos hoy en día y sus experiencias no han cambiado tanto desde entonces. De todas formas, señalan la apertura y libertad de la red, incluso reparando en la sobreoferta de contenidos. Un curioso camino a explorar.
El caso es que en mayo anduve molestando a mucha gente para conocer su opinión acerca de los viajes en el tiempo, mejor dicho acerca de que hubiera sido de sus vidas con 20 años si hubiesen tenido las herramientas de ahora. La acogida de la cuestión fue buena, pero yo no he cumplido hasta hoy que os presento, y a mi manera interpreto, los resultados del sondeo.
Lo más curioso es que la imaginación y el inconformismo nos juegan malas pasadas y la gran mayoría se sitúa en escenarios radicalmente diferentes. Unos hubieran cambiado radicalmente su carrera profesional, otros sus viajes y más de uno se veía como una máquina sexual merced a las nuevas herramientas. Yo no estoy de acuerdo y cuando experimento día a día la Red y los móviles (las herramientas más comentadas) siento que no nos cambian tanto, si acaso potencian nuestras características.
Evidentemente Internet y el móvil no dejan de ser una herramienta. Nuevas armas que se asocian a los cambios en la comunicación, especialmente en la personalización de la misma, como aportaba Alfonso o apoyaba Juan Luis, que al igual que Sergi hubiera exprimido su saldo a diario.
También se destaca la ubicuidad que aporta la tecnología actual: una persona y varios dispositivos frente a la escasez a la que tuvieron que hacer frente los lectores bien entrados en la treintena y mayores. Si a eso le unes la capacidad de beber de diferentes fuentes y de compartir información y contenidos como mencionaba de nuevo Sergi. Mi amiga Clara también comentó en Facebook acerca de la "incomunicación" en su noviazgo, seguro que muchas parejas de entonces ven con envidia las facilidades de comunicación actuales.
El acceso a mayor información y el networking hacen a Okonau (no revelaré tu identidad), Jose Miguel, Senior Manager o a Alfonso dudar de todo: de sus carreras, de sus trabajos incluso, en el caso de Okonau, de sus relaciones sentimentales. Si bien para esto último, el mejor exponente fue un tenso y vehemente Anónimo que dejó sus comentarios claros y directos sobre otra entrada en la que señalaba mi parecer sobre el tema a discusión.
Curiosamente, los más jóvenes comentaristas, Antonio y kalel23 son los que menos cambio notan, pillaron los albores de la Internet tal y como la conocemos hoy en día y sus experiencias no han cambiado tanto desde entonces. De todas formas, señalan la apertura y libertad de la red, incluso reparando en la sobreoferta de contenidos. Un curioso camino a explorar.
El viernes pasado llegamos de una escapada por Italia. Por segundo verano consecutivo, tuvimos la oportunidad de realizar un viaje 100% Internet y, por segundo año, de nuevo nada falló.
Este año curiosamente reservamos con un simple correo electrónico un par de sitios, lo que le daba más emoción. Evidentemente el grado de internetización en Italia no es el mismo de Estados Unidos, nuestro destino del año pasado, pero supongo que es mayor que el de España. Lo que no tuvimos es facilidad para conectarnos a la Red.
Los vuelos, el detonante del viaje, llegaron a través de un banner de Lufthansa en un artículo de La Vanguardia. Artículo que, por cierto, alguien enlazó desde twitter, desde donde llegué a él. Para que luego digan que el marketing en Internet no funciona.
El coche lo alquilé en Hertz, tras mucho comparar, no había grandes diferencias de precio para alquilar un familiar, así que use mi descuento por ser socio del RACE, aspecto que por cierto nadie comprobó nunca. Lo más curioso es que al llegar cambié el coche por un monovolumen, según el empleado de Hertz perteneciente a la misma categoría, pese a que en la web ese coche era un 20% más caro. En este caso Internet no estuvo tan bien, pero la situación se solventó con saldo favorable.
Nuestro primer destino fue una casa rural en Florencia: www.latinaia.it. Mi amigo @fboza me recomendó buscar alojamiento en www.homelidays.com, aunque la reserva la hicimos directamente en la web de los dueños. Muy recomendable, un enclave paradisiaco a 20 minutos de Florencia. Ideal para niños, apartamentos con cocina, piscina, corral con palomas, gallinas y patos, televisión...
Luego, en Venecia, nos alojamos en tierra firme en el Hotel Angi (www.angihotel.it), un pequeño establecimiento de diseño, un poco apartado, pero ideal para nosotros con su habitación familiar (dos habitaciones con sus dos baños y espacio para una tercera cama supletoria en una de ellas).
Finalmente, en Milán, principio y final del periplo italiano, confiamos en una cadena americana, Holiday Inn, y sus habitaciones de dos camas dobles + cuna que tan buen resultado nos dió en Estados Unidos. Es curioso como la misma idea de hotel puede ser completamente diferente según el establecimiento. Fue el que menos nos gustó, sin querer decir que estaba mal. Nuestra familia numerosa no permite ser muy exigente en los alojamientos si es verdad que el precio era muy bueno y la localización del hotel nos era conveniente.
En resumen, un viaje montado por nuestra cuenta a un precio envidiable y adaptado a nuestras necesidades. Eso sí, alguna noche sin dormir con los preparativos. Todavía no entiendo como siguen abriendo agencias de viaje físicas, ¿no basta con las que todavía no han cerrado?.
Este año curiosamente reservamos con un simple correo electrónico un par de sitios, lo que le daba más emoción. Evidentemente el grado de internetización en Italia no es el mismo de Estados Unidos, nuestro destino del año pasado, pero supongo que es mayor que el de España. Lo que no tuvimos es facilidad para conectarnos a la Red.
Los vuelos, el detonante del viaje, llegaron a través de un banner de Lufthansa en un artículo de La Vanguardia. Artículo que, por cierto, alguien enlazó desde twitter, desde donde llegué a él. Para que luego digan que el marketing en Internet no funciona.
El coche lo alquilé en Hertz, tras mucho comparar, no había grandes diferencias de precio para alquilar un familiar, así que use mi descuento por ser socio del RACE, aspecto que por cierto nadie comprobó nunca. Lo más curioso es que al llegar cambié el coche por un monovolumen, según el empleado de Hertz perteneciente a la misma categoría, pese a que en la web ese coche era un 20% más caro. En este caso Internet no estuvo tan bien, pero la situación se solventó con saldo favorable.
Nuestro primer destino fue una casa rural en Florencia: www.latinaia.it. Mi amigo @fboza me recomendó buscar alojamiento en www.homelidays.com, aunque la reserva la hicimos directamente en la web de los dueños. Muy recomendable, un enclave paradisiaco a 20 minutos de Florencia. Ideal para niños, apartamentos con cocina, piscina, corral con palomas, gallinas y patos, televisión...
Luego, en Venecia, nos alojamos en tierra firme en el Hotel Angi (www.angihotel.it), un pequeño establecimiento de diseño, un poco apartado, pero ideal para nosotros con su habitación familiar (dos habitaciones con sus dos baños y espacio para una tercera cama supletoria en una de ellas).
Finalmente, en Milán, principio y final del periplo italiano, confiamos en una cadena americana, Holiday Inn, y sus habitaciones de dos camas dobles + cuna que tan buen resultado nos dió en Estados Unidos. Es curioso como la misma idea de hotel puede ser completamente diferente según el establecimiento. Fue el que menos nos gustó, sin querer decir que estaba mal. Nuestra familia numerosa no permite ser muy exigente en los alojamientos si es verdad que el precio era muy bueno y la localización del hotel nos era conveniente.
En resumen, un viaje montado por nuestra cuenta a un precio envidiable y adaptado a nuestras necesidades. Eso sí, alguna noche sin dormir con los preparativos. Todavía no entiendo como siguen abriendo agencias de viaje físicas, ¿no basta con las que todavía no han cerrado?.
En este mundo en el que nos movemos, de blog en blog, repleto de twitters junto a bulliciosas redes sociales de todo pelaje, a veces tenemos la sensación que el mundo va demasiado rápido para acto seguido descubrir que todo sigue igual.
En este panorama de innovaciones y web 2.0, descubrimos que las empresas no van tan rápido, me refiero a las grandes empresas que Dioni Nespral describe en la última entrada de su blog. Grandes empresas como en la que trabajo. Grandes corporaciones con multitud de facetas y suficientes personas para serlo todo y nada.
La discusión en los comentarios del artículo de Dioni se centra en los procesos de cambio que precisa una gran empresa para seguir el ritmo de los tiempos. Se trata de una carrera a largo plazo que dictará la supervivencia o no de su modelo de negocio actual.
Para motivar ese cambio todos tenemos en mente que las empresas son un conjunto de personas unidas por algo en común, llamemosle cultura corporativa, comunión de intereses o pura supervivencia económica de todas y cada una de las personas que trabajan en ellas.
A la hora de cambiar las empresas, hay unanimidad en identificar el liderazgo de las personas pero, de forma simultánea, también manifestamos diferencias en el origen del cambio: ¿debe venir desde fuera? ¿se trata de una revolución silenciosa desde dentro? ¿es un proceso comandado por líderes internos actuales?
El caso es que yo, un romántico al fin y al cabo, confiaba en la fuerza de cada uno para motivar el cambio en la empresa, pero el resto de la parroquia, a la sazón más experimentada en estas lides, consideraba insuficiente mi propuesta. Es por ello que el título de este artículo es esa frase tan manida del ¡Oido cocina!.
La revolución debe continuar, pero cambiaré de estrategia...
En este panorama de innovaciones y web 2.0, descubrimos que las empresas no van tan rápido, me refiero a las grandes empresas que Dioni Nespral describe en la última entrada de su blog. Grandes empresas como en la que trabajo. Grandes corporaciones con multitud de facetas y suficientes personas para serlo todo y nada.
La discusión en los comentarios del artículo de Dioni se centra en los procesos de cambio que precisa una gran empresa para seguir el ritmo de los tiempos. Se trata de una carrera a largo plazo que dictará la supervivencia o no de su modelo de negocio actual.
Para motivar ese cambio todos tenemos en mente que las empresas son un conjunto de personas unidas por algo en común, llamemosle cultura corporativa, comunión de intereses o pura supervivencia económica de todas y cada una de las personas que trabajan en ellas.
A la hora de cambiar las empresas, hay unanimidad en identificar el liderazgo de las personas pero, de forma simultánea, también manifestamos diferencias en el origen del cambio: ¿debe venir desde fuera? ¿se trata de una revolución silenciosa desde dentro? ¿es un proceso comandado por líderes internos actuales?
El caso es que yo, un romántico al fin y al cabo, confiaba en la fuerza de cada uno para motivar el cambio en la empresa, pero el resto de la parroquia, a la sazón más experimentada en estas lides, consideraba insuficiente mi propuesta. Es por ello que el título de este artículo es esa frase tan manida del ¡Oido cocina!.
La revolución debe continuar, pero cambiaré de estrategia...
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