Indignado

Pasan los días y no he escrito nada sobre lo de las acampadas en la puerta del Sol y en otros lugares emblemáticos de nuestras ciudades. Hoy recibí un correo de un amigo adjuntando la opinión al respecto de una persona concreta que describe, creo que de manera objetiva, lo sucedido aunque difiero de sus conclusiones. Además, pasadas las elecciones, desaparece parte de la carga emocional del asunto.

La carta curiosamente me reafirma en la sinrazón de la acampada de Sol. Las razones para estar indignado son reales y existen. Las compartimos muchos, solo que unos decidimos luchar día a día por cambiar las cosas que tenemos a nuestro alcance y otros parece que prefieren ponerse a protestar para que venga alguien a sacarle las castañas del fuego.

Ese es el problema de nuestra sociedad: todos miramos más hacia nosotros mismos que hacia los demás. Nuestros padres y abuelos lucharon mucho por darnos una vida mejor a sabiendas que los frutos de su trabajo no los recogerían ellos.

Ahora nadie quiere largo plazo. Lo queremos todo ya y facilito, nada de sacrificios. Las protestas que unen a tanta gente son, al final, buscando el propio beneficio de cada uno, me acuerdo ahora de esa frase de un presidente americano (Kennedy) que encaja como anillo al dedo:

"No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tu país."

Es muy sencillo caer en la demagogia de conspiraciones de políticos, de maniobras orquestadas de banqueros, de una "mano negra" que no nos deja levantarnos... ¡Qué fácil es todo cuando la culpa es de los demás!

Podeis leer la carta que arrancó mi reflexión aquí.

Foto: Puerta de Sol en Wikipedia por Onar Vikingstad
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