Tendemos a meter web 2.0 y a todas las redes sociales en el mismo saco.
Blog, twitter, facebook, instagram, foursquare, pinterest, youtube, Whatsapp (¿es whatsapp una red social?)... Cada una de ellas sirve para diferentes objetivos y tiene su público segmentado por edades, gustos, relevancia o inmediatez. Y por tanto cada una de ellas tiene sus ritmos y tiempos, cuando publicamos un artículo, cambiamos nuestro estado o colgamos una foto o un video nos encontramos con diferentes comentarios y feedback en cada una de ellas.
Probad por ejemplo con una foto concreta y ponerla en las diferentes redes sociales. Un mismo contenido servido en diferente envase a un público a veces común, a veces diferente. Hay amigos a los que sigo en varias redes sociales y cuelgan automáticamente lo mismo en twitter, en facebook o en Instagram, incluso siendo yo el mismo, mis comentarios o mi silencio varía de una red a otra.
Además, mirándolo con mayor distancia, ser buen comunicados en, por ejemplo, twitter no te convierte en un buen bloguero o en amigo interesante en facebook. Incluso tengo buenos amigos del mundo real verdaderamente infumables en las redes sociales. A algunos ni les sigo, a otros les sigo pero no les presto mucha atención.
Tampoco es para que te sientas identificado con esto último. Perdón por la reflexión :-)
En resumen, hay excelentes twitteros que son blogueros aburridos y blogueros interesantes con timelines soporíferos. Incluso apasionantes muros de Facebook con decepcionantes comunicadores en twitter.
Y luego los que son muy interesantes online pero aburren cuando los conoces personalmente. De estos tengo varias decepciones, quizás por mis altas expectativas previas a la llamada desvirtualización. Curioso.
Espero veros pronto de nuevo por aquí.
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