
En el país donde el Lazarillo de Tormes es un héroe o donde algunos se escudan en el "Sistema" para justificar sus desmanes y flaquezas, tenemos que lidiar continuamente con los mencionados límites en la familia, con los amigos o en el trabajo. O asistir sorprendidos, cabreados o asqueados al desfile mediático de determinados personajes de la política o los medios y sus variados conceptos de integridad y honradez.
Ahora más que nunca intento ser honrado conmigo mismo y los que me rodean. Es algo que sólo con los gestos y obras se puede enseñar a tus hijos y que, dados los tiempos que corren, los que te rodean valoran y perciben como se debe. Pasa en casa, en la calle o en el trabajo, no podemos dejar nunca de predicar con el ejemplo.
No te dejes llevar por el lado oscuro...