Vacaciones conectadas

Hubo un tiempo donde marcharse de vacaciones era poco más que aislarse de todo. Recuerdo ir con mis padres a llamar por teléfono a una cabina que había cerca del apartamento que teníamos en Fuentebravía y tener que esperar una larga cola para que llegase el ansiado turno para llamar a mis abuelos. Lo que en argot informático sería hacer un "ping" simplemente para verificar que los dos extremos de la comunicación seguían ahí.

Más tarde, ya de adolescente, cobraba fuerza el correo, entonces postal. Muchas veces la carta llegaba más tarde que tú, pero era la manera de poder seguir en contacto con los amigos cuando las vacaciones familiares te arrastraban a destartalados apartamentos de playa, casi siempre sin tele, por cierto.

Luego empezó el goteo de los móviles. Poco a poco empezamos a tener móviles cerca, el de tu padre, el de un amigo, el de un amigo de un amigo, cualquier excusa era buena para comunicarse. Me acuerdo del verano del 98, yo en Denia, estrenando One Touch Easy (¡Qué gran patata!) y disfrutando del apogeo de la fiebre de los SMS gratuitos cuando utilizabas centros de servicios de operadoras extranjeras. Fue un curso rápido de Geografía.

No hace mucho empezó la moda de los portátiles, yo lo llevaba a todos los sitios, pero entonces no era lo habitual, es el peaje que tenemos que pagar los frikis, siempre por delante de las modas. Lo que si era habitual era encontrar redes WIFI abiertas, eso era auténtico roaming de datos: en Marbella, en Isla Antilla, etc.

Con el tiempo lo de las wifi se ha ido acabando. Empieza a ser raro encontrarlas, bien lo sabe Martin Varsavski y su movimiento Fon, pero ¡oh! ¡¡¡sorpresa!!!, fue llegar a la urbanización donde este año paso mis días playeros y, ¡sí!, tenemos donante anónimo.

Lo más bonito es a la hora de la siesta, la pradera de la piscina, con una incipiente sombra, se llena de serios internautas acompañados de una pléyade de portátiles de todas las marcas y tamaños. Veo pantallas, mucho facebook, otros navegando por aquí y allá, un poco de todo. Hay ultraportátiles, como el mío, pero no son mayoría. Tampoco veo iphones y similares.

Imagino que uno de todos es el que religiosamente paga la factura del ADSL, pero no consigo adivinarlo. Lo que está claro es que cosas como esta te hacen reconsiderar muchas posturas. Tanto hablar de compartir, de P2P, de todo eso y luego la WIFI la tenemos más cerrada que una faraónica pirámide. Si encontrase la forma de compartir mi linea con seguridad y con garantía de ancho de banda cuando yo la necesito, me apuntaría sin dudarlo.

Creo que debemos hacer más porque movimientos como FON salgan adelante, la pena es que necesitemos invertir en un router específico como "La Fonera" y que no sepa exactamente como preparar la instalación en casa donde el router de Orange también es específico.

¿Compartirías tu WIFI a cambio de tener WIFI gratis fuera de casa?

2 comentarios:

José Miguel Bolívar dijo...

Creo que es un problema fundamentalmente técnico... Si hubiera una solución sencilla, al alcance de los menos techies, que garantizara disponer del ancho de banda por el que pagas cuando lo necesitas pero compartirlo libremente cuando no es así, todo ello sin comprometer la seguridad de tu sistema, creo que la mayoría de la gente lo haría.
Desde el momento en que necesitas un router específico ya empezamos mal.
JM

jaimecuesta dijo...

@JMBolivar no me rindo, no me rindo. Seguiré buscando.

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