Quien tiene un amigo tiene un tesoro. Y yo tengo muchos, por ello me siento afortunado. Esto del
Networking, que es como se le llama ahora a eso de "conocer gente", y más específicamente las herramientas que internet pone a disposición de cualquiera, tienen la ventaja de conseguir ampliar tus círculos de contactos por encima de barreras físicas, uniendo ente de otras ciudades y países, barreras cronológicas, permitiendo la comunicación asíncrona y espontánea, barreras sociales, facilitando el acceso directo a expertos o famosos, o barreras mentales, facilitando la comunicación con personas que no piensan como tu.

Pero volvamos al punto de partida, mis amigos. Hace unos días he llegado de un viaje a Londres acompañado de mi mujer y mis dos hijas mayores. Una excursión de unos días aprovechando que un gran amigo, Víctor, nos dejaba su casa en Londres. Una agenda cargada y repleta de actividades gracias a las propuestas que por tierra, mar y aire me fueron llegando de otros muchos amigos que tuvieron conocimiento de mi viaje unas semanas antes en Facebook o Twitter.
Juan Luis me envió un completo análisis de Londres con niños, Javier nos invitó a comer en las oficinas de su empresa (aunque luego un compromiso más noble e importante lo hizo imposible), Dani nos recomendó, además de otros sitios,un restaurante que cautivó a mis hijas para una temporada, Wences nos mandó a un museo que nos gustó y por el que no habríamos pasado sin su pista y así una lista sin fin de amigos y conocidos que nos ayudaron a disfrutar a tope de esos días.
También hubo personas del entorno "físico" que nos recomendaron lugares para, al final entre todos, virtuales y de carne y hueso, ayudarnos a disfrutar de unos maravillosos días en Londres... y en Madrid, que para eso Clara y Juanjo se quedaron con los dos pequeños en su casa.
Gracias a todos, amigos. Tenemos mucha suerte de teneros tan cerca.