Se acerca el 2010. Es momento de cerrar el año, acabar esos proyectos de última hora que se han retrasado a lo largo del año y preparar los planes y presupuestos para el próximo año. Como suele ser la tradición nos tocará hacer más con menos, recurrir al ingenio, la audacia y las sinergias para mejorar la productividad.
Leía hoy un viejo artículo de Alfonso Alcántara (7 ideas radicales sobre el cambio radical en la empresa, el trabajo y las relaciones), que oportunamente recordaba él mismo vía twitter, acerca de lo fácil que es culpar a los demás de nuestra propia falta de flexibilidad para gestionar con habilidad los acontecimientos que surgen cada día. Esos mismos acontecimientos que no siempre nos empujan en la dirección adecuada para convertir fácilmente nuestros sueños en realidad.
Estaremos construyendo éxitos y gestionando nuestra propia felicidad en la medida que seamos capaces de sistematizar esa flexibilidad y conseguir herramientas y procesos que nos ayuden a asumir mejor lo que sucede a nuestro alrededor y concentrar los recursos propios en lo que en cada momento queda al alcance de nuestras manos. Para cambiar el mundo tendremos que empezar cambiando nuestro mundo y dar ejemplo a los que nos rodean. Crear escuela en nuestros amigos, nuestra familia, nuestros compañeros y nuestros equipos.
Y entonces sí. La implicación y las sinergias traerán resultados excelentes por encima de lo que, en condiciones normales, podíamos conseguir con esos mismos recursos.
0 comentarios:
Publicar un comentario