Se acerca el 2010. Es momento de cerrar el año, acabar esos proyectos de última hora que se han retrasado a lo largo del año y preparar los planes y presupuestos para el próximo año. Como suele ser la tradición nos tocará hacer más con menos, recurrir al ingenio, la audacia y las sinergias para mejorar la productividad.

Estaremos construyendo éxitos y gestionando nuestra propia felicidad en la medida que seamos capaces de sistematizar esa flexibilidad y conseguir herramientas y procesos que nos ayuden a asumir mejor lo que sucede a nuestro alrededor y concentrar los recursos propios en lo que en cada momento queda al alcance de nuestras manos. Para cambiar el mundo tendremos que empezar cambiando nuestro mundo y dar ejemplo a los que nos rodean. Crear escuela en nuestros amigos, nuestra familia, nuestros compañeros y nuestros equipos.
Y entonces sí. La implicación y las sinergias traerán resultados excelentes por encima de lo que, en condiciones normales, podíamos conseguir con esos mismos recursos.
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