Lo primero ha sido algo más que la satisfacción de un trabajo bien hecho. El éxito de un equipo heterogéneo que, sacrificando muchas cosas por el bien común, ha conseguido ganar la final, como no de baloncesto, de la liga interna de la Ciudad Financiera Santander. Como mencionaba hace pocos artículos, las personas son capaces de multiplicar su rendimiento de manera asombrosa cuando el objetivo está claramente definido y los roles y responsabilidades asignadas claramente. Deberíamos trabajar así siempre. Nos iría mucho mejor a todos.
Tras el esfuerzo épico, partido a pleno sol en una pista que hervía, hemos tenido un buen rato para felicitarnos, repasar los mejores momentos y reponer fuerzas en el evento organizado (en el cual se incluía nuestra final) para celebrar la Semana Santander.
Entonces llegó la segunda experiencia de la tarde, y que da título a este artículo. La posibilidad de subirme a bordo de un Segway (vale, seguro que muchos ya lo habéis probado, pero yo no lo había hecho hasta hoy). Es un aparato enigmático a la par que amable. Subes con desconfianza y al minuto ya estás haciendo piruetas como un niño pequeño. Eso es usabilidad y lo demás son tonterías.
Para colmo uno no termina de creerse como funciona, pero lo usa y confía ciegamente en sus capacidades al primer momento (cuando se cumple el primer minuto, como decía, ya eres todo un experto). Adjunto un pequeño vídeo durante mi "momento Segway" (Ramón te lo has perdido, una espina que te queda clavada). Yo he sido el primero en subirme, para algo he convencido al encargado de los "dispositivos de transporte personal", y lo más divertido era fijarte en la cara de los demás, a medias entre ¡me muero por subirme! y ¡ni de coña me subo a uno de esos! Al final todos han subido para bajar con la cara de un niño que ha derrotado a sus miedos, que pena que valga 6000 euracos.
La tercera experiencia viene de la mano inocente que ha decidido agraciarme con un Navegador en el sorteo que ha tenido lugar tras la entrega de trofeos. Todavía no me lo han facilitado, pero seguro que es curioso para alguien que no tenía GPS y no creia mucho en ellos. Gracias "Mano inocente".
Para terminar España ha ganado la semifinal de la Eurocopa. Vaya tarde...
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