Me resultaría complicado mirar para otro lado y trabajar en algo en lo que no crea. Por otro lado, tengo la fortuna de creer y disfrutar con una amplia gama de cometidos y funciones con lo que la primera afirmación no supone ningún estricto corsé sino que permite dar valor a cualquiera de esos cometidos en los que las circunstancias laborales nos sitúan.
Me siento afortunado por trabajar en lo que me gusta, en lo que siento que aporto valor y con unos compañeros que "forman parte de mi sueldo". Estos tres pilares sustentan una identidad laboral que lucha por seguir avanzando y creciendo, lo que supone someter a grandes tensiones al equilibrio actual. Y es que la "Carrera Profesional" tiene estas disyuntivas.
- ¿Trabajar en algo en lo que no sienta que aporto valor? No lo creo. Y es que, Ramón dixit, si a un centrocampista lo pones de lateral, lo podrá hacer mejor o peor, pero seguirá queriendo jugar de centrocampista.
- ¿Trabajar en algo que no me gusta aun aportando valor? Vale para algo temporal, pero la falta de vocación en la labor desempeñada haría que esa ventaja inicial que permite aportar valor se iría esfumando hasta desaparecer. Dejaría de aportar valor y además no me gustaría lo que hago ¿querríais una actitud de ese tipo en vuestro equipo? Yo no, ni de centrocampista ni de lateral :-)
- ¿Renunciar a los compañeros en aras a un desarrollo personal? Curioso ultimátum, difícil decisión, pero quizás es el único flanco que queda libre. Sería algo parecido a ir para atrás, para coger impulso hacia delante y conseguir subir ese escalón que actualmente no conseguimos sortear sin romper alguno de los tres pilares mencionados. Continuando la metáfora, jugar en mi puesto pero en otro club diferente (con aspiraciones europeas) o conseguir que la directiva del club cree un proyecto ganador en el que participemos los actuales integrantes de la plantilla.
2 comentarios:
aguanta Jimy aguanta
Me siento identificada, snif snif.
Publicar un comentario