Como muestra de hasta donde puede llegar nuestro amor por misteriosos anglicismos cargados de modernidad, incluí hace unas semanas el término en mi perfil de Linkedin. Resultado inmediato: un río de nuevos contactos y oportunidades indudablemente surgidas a raíz de la dichosa palabrita.
Fintech es una palabra compuesta a partir de dos palabras inglesas "Financial Technology" y se utiliza para etiquetar a todos los negocios y líneas de trabajo basadas en el uso de software y aplicaciones informáticas para proveer servicios financieros (en la wikipedia en inglés está extensamente descrito).
La capacidad de proceso de los sistemas informáticos de los bancos unida a la existencia de potentes dispositivos móviles en nuestras manos ha disparado las posibilidades de existencia de nuevos y complejos servicios que nos ayudan a relacionarnos con nuestros bancos y los medios de pago, incluso de maneras que no habíamos previsto.
¿Y quién se dedica a esto? Pues un poco todos, empresas de tecnología jugando a ser bancos y bancos jugando a ser empresas de tecnología, surgen interesantes modelos híbridos como la última apuesta del fondo inversor en innovación del Banco Santander. Como se anunciaba hace muy pocos días (enlace a nota de prensa), el Banco Santander invertía en Cyanogen a través de su brazo inversor especializado en nuevas tecnologias (http://santanderinnoventures.com/).

Cyanogen, pese a tener nombre de medicamento :-), es una potente empresa que ha saltado de hacer personalizaciones del sistema operativo Android a crear su propio sistema operativo para móviles en un ambicioso proyecto. Y Santander no quiere ser un cliente sin más de las plataformas sino ayudar de primera mano en la construcción de la misma, aprendiendo y, a la vez, ofreciendo todo su know how, para que sea un éxito.
Vivimos tiempos híbridos. Y el mestizaje es bueno. Siempre.
0 comentarios:
Publicar un comentario