Cultura corporativa

Evidentemente mi experiencia deportiva forma parte de mi bagaje. Durante mis años dedicado al baloncesto, he vivido en la cancha valores clave como la disciplina, el esfuerzo, el trabajo en equipo, el objetivo común, las sinergias, la excelencia, etc. Cada club en el que juegas hace que te identifiques con su camiseta. He experimentado muchos fracasos y otros tantos éxitos, pero estos vinieron siempre acompañados de grandes grupos humanos en clubes que inculcaban valores correctos.

Las empresas dejan poso en los empleados que trabajan para ellas. Lo podemos llamar cultura corporativa o cultura empresarial. No todas las empresas la tienen como activo empresarial, pero si es cierto que las grandes empresas (sobretodo en multinacionales), la cuidan porque permite crear un campo de discusión interna con unas claras reglas de juego a la vez que un perfecto escaparate para transmitir los mismos valores en cualquier punta del globo (que tontería, los globos no tienen punta, pero se que me habéis entendido, siento la fuerza).

Actualmente trabajo en una empresa con una afamada cultura corporativa, Santander. Mi experiencia no sólo es una corbata roja, eso es un símbolo, a veces un salvoconducto. Cultura corporativa, en mi empresa, es sentirte parte de una gran familia, es adaptarse a los clientes, es agresividad comercial, etc.

No pretendo valorar si es "bueno" o "malo" trabajar en ese marco, si la empresa podría hacer más o si estamos abducidos. Simplemente quiero poner de relieve la importancia de compartir unos valores con las personas con las que trabajas y emitir una imagen hacia el exterior consistente.

Por otro lado, la cultura corporativa puede llegar a restringir el libre movimiento y hay personas que no se sienten cómodas, quizás son etapas en la vida como me inspiraba Consultor Anónimo (http://www.vidadeunconsultor.com) en los comentarios a esta entrada de su blog.

El tema es que yo apunto maneras de lejos, antes de Santander, trabajé en Accenture (en esa época Andersen Consulting) y la cultura también era un punto clave y también me encontré a gusto dentro de ella. Si repaso hacia atrás, llego hasta mi época escolar, buen momento para romper la cadena, si existiese una asociación de antiguos alumnos de mi cole, yo no tendría excesivo interés en participar en ella.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que cualquier organización, cualquier grupo humano, tiene cultura. Es la derivada de los valores y experiencias compartidas, y se transmite de los miembros veteranos a los nuevos. Creo que es un proceso natural.

Luego están las organizaciones que, conscientes de ese hecho, trabajan por definir una cultura homogénea, consistente, persistente... y creo que ése es un gran valor, porque ayuda a cohesionarlas más que cualquier otro elemento, a fortalecerlas y a comunicar hacia el exterior y hacia el interior.

Y cada cultura es diferente: dos organizaciones pueden tener culturas muy fuertes, y ser antagónicas.

Sentirse a disgusto dentro de una determinada cultura organizativa no es malo en sí mismo: simplemente es una indicación de que estarás mejor en otro sitio.

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